¿Jefes de Partidos?

Gilberto Pérez Castillo

Aunque se mantendrán al frente de sus respectivos partidos por un buen tiempo, lo cierto es que a Eduardo Rosales, a Javier Galván y a Gabino Berumen les costará mucho trabajo imponer su autoridad al interior del PAN, PRI y PRD. Sobre todo, les costará más trabajo conseguir que quienes resultaron electos a través de sus partidos les hagan caso.

Nos obstante que seguirá siendo el presidente del partido en el poder, a Eduardo Rosales, dirigente estatal del PAN le será muy difícil imponer una visión y una decisión de partido a los próximos gobiernos estatal y municipales panistas y a los legisladores locales y federales que representarán a ese partido.

Al PAN, como a los otros dos partidos, le ha faltado crear normas internas eficientes para conseguir que el peso y los intereses del partido sean suficientes para meter en cintura a los funcionarios públicos que llegan al poder por los colores panistas. Y no obstante que es el partido que más ha avanzado al respecto, parece ser que las sanciones que tiene a la mano la dirigencia panista, incluida la expulsión, ya no son suficientes para doblegar a los insumisos ni a los rebeldes.

Súmese a lo anterior que en el equipo cercano al gobernador electo Emilio González Márquez no se le ve a Eduardo Rosales como a un dirigente de partido que jugó afín al equipo ganador. Además, la vida interna del PAN se ha vuelto tan compleja, después de 12 años en el poder en Jalisco, que los diferentes grupos se resisten a reconocerle toda la autoridad al actual presidente estatal panista, como para hacerle caso en sus decisiones.

Eduardo Rosales tendrá frente a sí a un gobernador fuerte y dos ex gobernadores panistas activos políticamente, a alcaldes poderosos y jugando sus propios proyectos políticos, a grupos políticos internos desgarrándose para quedar lo mejor posicionados en las próximas elecciones y a numerosos políticos panistas más inclinados al pragmatismo que a las cuestiones ideológicas o programáticas. Y en ese ambiente, imponer las visiones del partido será prácticamente imposible.

Por su parte, Javier Galván, el presidente estatal del PRI, no obstante el re posicionamiento que alcanzó en las últimas semanas para seguir al frente del partido, se verá incapaz para lograr que los legisladores, alcaldes y regidores priistas le hagan caso. En ese sentido, será un dirigente débil en cuanto interlocutor de los gobiernos del PAN, al no poder asumir compromisos que pueda traducir en hechos reales.

Galván difícilmente podrá imponer su voluntad entre sus próximos compañeros diputados locales, como tampoco la podrá imponer entre quienes serán legisladores federales, presidentes municipales o regidores en la oposición.

Además, su período terminará en el 2008, un año antes del proceso electoral, por lo que su influencia será nula o mínima a la hora de decidir quiénes serán los candidatos dentro de tres años.

Finalmente, juega en contra de Galván el que no ha logrado convencer a sus compañeros de partido de que cuenta con las capacidades y las habilidades suficientes como para dirigir los destinos del PRI en el estado.

Para Gabino Berumen las cosas no pintan mejor en el PRD.

En primer lugar, dentro de ese partido hay una influencia muy grande del grupo político que encabeza Raúl Padilla López, misma que tendrá que considerar la de quienes manejan en el estado las llamadas Redes por AMLO; grupos que decidirán lo importante y trascendente del partido. En ese sentido, le corresponderá al dirigente formal del PRD en Jalisco ser el ejecutor o el administrador de decisiones que tomen otros.

En segundo lugar está la influencia que sobre él tiene el próximo diputado local perredista Samuel Romero Valle, quien ha sido siempre su jefe político.

En tercer lugar, juega en contra de Gabino Berumen, el distinto origen de quienes serán legisladores, alcaldes y regidores por el PRD, mismos que atenderán las directrices de los grupos que los impulsaron, por encima de las de la dirigencia estatal partidista.

Además, al igual que el caso del Javier Galván, Gabino ya no será el dirigente cuando llegue la hora de decidir a los candidatos del PRD para las próximas elecciones.

Por eso es de considerarse que el poder y la influencia que tendrán los dirigentes estatales de los tres partidos políticos más importantes en el estado será bastante limitada.

*Publicado en el Semanario Crítica el 25 de Septiembre de 2006.

El Trabajo de Crear un Gabinete*

Gilberto Pérez Castillo

Emilio González Márquez, el gobernador electo de Jalisco, tiene la tarea de crear un gabinete para gobernar el estado los próximos seis años. Y contrario a lo que muchos puedan creer, esa no es una tarea fácil, si consideramos los factores y las presiones que confluyen alrededor de quien gana una elección de gobernador a la hora de integrar su equipo de gobierno.

Los aspirantes son muchos, pero los espacios son pocos. Pero en la mayoría de las veces se acaba escogiendo no a los más aptos, por las presiones que se dan a la hora de tomar las decisiones.

Para empezar, Emilio debe designar a los titulares a ocupar las 19 principales carteras que conforman el Poder Ejecutivo: Secretaría General de Gobierno, Secretaría de Finanzas, Secretaría de Desarrollo Urbano, Secretaría de Desarrollo Rural, Secretaría de Promoción Económica, Secretaría de Turismo, Secretaría de Educación, Secretaría de Cultura, Secretaría de Salud, Secretaría de Vialidad y Transporte, Secretaría de Administración, Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social, Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable, Contraloría del Estado, Procuraduría de Desarrollo Urbano, Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Secretaría de Desarrollo Humano, y Procuraduría General de Justicia.

Luego debe revisar, con quienes designe titulares de esas secretarías y procuradurías, los nombramientos de los respectivos subsecretarios y sub procuradores, así como los de los directores más importantes de cada dependencia.

Enseguida debe decidir quienes serán los responsable de algunos organismos auxiliares del Ejecutivo, como el Departamento de Relaciones Públicas, Departamento de Comunicación Social, Secretariado Técnico, Secretaría Particular, Secretaría Privada, Ayudantía, y la Unidad de Atención Ciudadana y Audiencia Pública.

También debe buscar responsables para otras dependencias importantes de su responsabilidad, como en los casos del Sistecozome, Siapa, Seapal, Ceas, Coordinación de Asesores y otros.

Pero para el reclutamiento de tantos funcionarios del primer nivel del que será su gobierno, Emilio González tendrá diferentes fuentes del que brotarán propuestas y más propuestas. También recibirá muchas presiones para influir en su decisión final.

Éstos son los círculos de donde saldrán los que serán finalmente designados integrantes del primer nivel del gobierno de Emilio González.

El círculo cercano. Este grupo está conformado por el equipo político ligado e identificado fuertemente con el gobernador electo. Son los hombres y las mujeres de su confianza política y que lo han acompañado en las tareas más importantes de su carrera política, como fue durante su paso por la dirigencia estatal del PAN, la Alcaldía de Guadalajara, la precampaña y la campaña de Gobernador. Tal vez sea el grupo de donde saldrán los titulares de las secretarías claves de la administración.

Los funcionarios del Ayuntamiento. Cuando llegó a la Alcaldía de Guadalajara, Emilio González también tuvo que conformar un equipo de gobierno de diferentes orígenes. La mayoría de quienes lo acompañaron en la administración municipal esperan ser llamados al gobierno estatal. Algunos de ellos darán el salto, pero no habrá lugar para todos.

Los recomendados del Poder. Son muchos los círculos de poder que deben estar enviándole, o le enviarán, a Emilio González recomendados para que sean considerados a la hora de construir el gabinete. Dirigentes nacionales y estatales del PAN, secretarios y sub secretarios de Estado de la administración de Fox y del gobierno federal entrante, senadores, diputados federales y locales, gobernadores panistas, ex gobernadores, grandes empresarios, dueños o directivos de medios de comunicación, líderes religiosos, líderes sindicales poderosos, entre otros, deben estar tratando de influir en el gobernador electo para acomodar a sus recomendados.

Los aliados incómodos. Cuando un político busca ganar una elección, ya sea interna o constitucional, se ve obligado a realizar todo tipo de alianzas electorales, muchas veces con personajes o grupos que no le son del todo gratos, pero que le pueden aportar votos. Estos aliados, por supuesto, buscan ser recompensados a la hora del reparto del pastel gubernamental y habrá que gratificar sus aportaciones al triunfo. Entre estos estarían políticos o grupos políticos del propio PAN y de otros partidos que, sin ser afines, se la jugaron con Emilio.

Los representantes del dinero. En tres años Emilio González ha tenido que ganar cuatro elecciones, dos internas y dos constitucionales; y para ganarlas necesitó una gran cantidad de dinero. Muchos millones de pesos. Y aunque los políticos lo nieguen, ese dinero genera compromisos, algunos de los cuales se reflejan en la integración de recomendados de los grandes aportadores de fondos para las campañas a los equipos de gobierno.

El Círculo Familiar y Personal. Emilio González ya tuvo a varios de sus cuñados trabajando en el Ayuntamiento de Guadalajara, lo que indica que sí es proclive a considerar a su familia a la hora de integrar su equipo de gobierno. De esta manera, habrá que considerar que, aunque ya no sean familiares directos los que sean llamados al gobierno en esta ocasión, sí podrían salir del círculo familiar algunas recomendaciones para el gabinete. En este grupo también deben considerarse los amigos cercanos del gobernante.

Los externos. En la mayoría de los casos, durante sus campañas o después de ellas, quienes llegan a gobernar conocen a personajes que les demuestran tener las capacidades y cualidades como para ser llamados al trabajo en el gobierno. Sin ser panistas, sin haber hecho campaña y sin ser parte del grupo, algunos de ellos serán llamados al gobierno.

*Publicado en el Semanario Crítica el 18 de Septiembre de 2006.

Jalisco y la política nacional*

Gilberto Pérez Castillo

La clase política jalisciense no pinta en el escenario nacional. Ni en los tiempos del priismo, ni el la nueva era del panismo los político de Jalisco han alcanzado la altura y las dimensiones suficientes como para ser tomados en cuenta en las grandes ligas de la política mexicana.

En la etapa post revolucionaria sólo un jalisciense, Javier García Paniagua, estuvo cerca de convertirse en Presidente de la República, pero un colimense criado en el DF, Miguel de la Madrid Hurtado, resultó el ganador en la sucesión de José López Portillo.

Otros dos jaliscienses priistas, pero criados en la Ciudad de México, Sergio García Ramírez y Enrique Alvarez del Castillo, llegaron a ser titulares de la Procuraduría General de la República.

Otros, como Guillermo Cosío Vidaurri, Jorge Lepe García e Ismael Orozco Loreto fueron sub secretarios en el gobierno federal y dirigentes importantes del PRI en el Comité Ejecutivo Nacional.

Algunos jaliscienses, Rafael González Pimienta y Oscar Navarro Gárate, hubieran figurado en el gobierno de Luis Donaldo Colosio, pero el atentado de Lomas Taurinas les cambio la historia.

Pero luego de probar algunos sorbos de las mieles del gran poder político nacional los políticos priistas de Jalisco acababan regresándose una y otra vez a las tierras que los vieron nacer a hacer política de provincia.

En la nueva etapa del PAN, los políticos panistas jaliscienses parecen destinados a repetir la historia que ya escribieron sus homólogos del PRI.

Alberto Cárdenas Jiménez llegó a ser secretario del Medio Ambiente, pero su designación pareció deberse más a la falta de cuadros del primer gobierno de Acción Nacional que a verdaderas cualidades políticas o medioambientales del ex gobernador. Su participación en la elección interna del PAN para elegir al candidato a la Presidencia de la República quedó más en mera ocurrencia que en contienda en serio. Y una vez terminado el proceso, el zapotlense volvió también al terruño a hacer política provincial.

Herbert Taylor Arthur también fue y vino del Plan Puebla-Pánama y lo mismo hizo Alonso Ulloa de la coordinación de la agenda en la Presidencia de la República.

Aún falta por hacer una evaluación completa del trabajo de Sergio Alejandro García de Alba Zepeda y de Francisco Mayorga Castañeda, actuales secretarios de Economía y de Agricultura y Ganadería del terminal gobierno de Vicente Fox.

LA NUEVA OPORTUNIDAD

El que el gobernador Francisco Ramírez Acuña haya sido el destapador de Felipe Calderón Hinojosa, que Tarcisio Rodríguez Martínez sea su compadre, que Abraham González Uyeda haya sido un eficiente coordinador de Logística de la campaña presidencial parece que no será suficiente para que alguno de estos personajes alcance un espacio en la primera división del Gabinete de Calderón y le den a Jalisco otro secretario de estado.

En el entorno nacional parece no haber un papel protagónico para algún político panista de Jalisco y todo parece indicar que habremos de conformarnos de nueva cuenta con espacios de sub secretaría para abajo.

En el ambiente parlamentario tampoco se ve un papel protagónico de la numerosa representación de legisladores panistas jaliscienses. Nuestro paisano Antonio Muñoz Serrano, por su elevada estatura, sólo les gustó para ser considerado como guarura improvisado del Presidente Fox, en el caso de que éste lograra entrar al Palacio Legislativo el primero de septiembre para leer su informe anual.

Pero, independientemente de los cargos que alcancen los panistas de Jalisco en el gobierno de Felipe Calderón, lo cierto es que los veremos semana tras semana, como buenos políticos de provincia, aterrizando en el aeropuerto de Guadalajara, alejándose de los ambientes donde se hace la política nacional del primer nivel.

No es cierto que sea el canibalismo y la desunión lo que impide que los políticos de Jalisco trasciendan en el escenario nacional. Es su provicianismo que los jala al terruño lo que les impide escalar en la política al alto nivel.

*Publicada en el Semanario Crítica, edición del 11 de septiembre de 2006.

¿Para dónde irá el PRD Jalisco?*

Gilberto Pérez Castillo

La dirigencia estatal del PRD ha estado controlada en los últimos años por el grupo político que controla también a la Universidad de Guadalajara; es decir, por el grupo político que comanda el ex Rector Raúl Padilla López, quien ya fue diputado local plurinominal por ese partido.

Gabino Berumen Cervantes, su actual dirigente, Samuel Romero Valle, que le dejó el lugar a Berumen porque será diputado local plurinominal en la próxima legislatura, y Celia Fausto Lizaola, su anterior presidenta, responden a los intereses del grupo político universitario.

Sin embargo, no obstante que el grupo comandado por Raúl Padilla ha ganado las últimas elecciones por la dirigencia partidista, gracias a la movilización de la estructura universitaria, mucho trabajo le costará repetir en el control estatal del perredismo, por el surgimiento de nuevas estructuras que podrían, ahora sí, pelearle al tú por tú, en el plano electoral interno.

También contará seguramente la actitud que la dirigencia nacional del PRD acabe teniendo hacia el grupo universitario, dentro del nuevo panorama nacional y dentro del papel que decidan jugar ese partido y su candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Además, por supuesto, será determinante en esta decisión la evaluación que se haga del uso que el grupo político universitario le ha dado al partido en los últimos años.

Son, entonces, dos los factores que hay que considerar para calcular cuál puede ser el futuro del grupo de Raúl Padilla en el control del PRD Jalisco.

1. Raúl Padilla López y su grupo político no cuentan con la simpatía de Andrés Manuel López Obrador, quien considera que los universitarios no están realmente comprometidos con los objetivos del partido y que sólo lo usan para sus fines políticos particulares. La distancia con el grupo fue más que evidente en las giras que realizó el candidato presidencial a Jalisco.

Esa misma concepción comparte el dirigente nacional perredista Leonel Cota y muchos integrantes de la dirigencia nacional.

Por eso será determinante la actitud que guarde esta dirigencia a la hora de realizarse la próxima elección de dirigente estatal.

2. La mala reputación del grupo universitario no es privativa de López Obrador y de la dirigencia nacional. En las bases perredistas existe una fuerte tendencia a considerar también que los padillistas únicamente aprovechan y abusan del partido, pero que no le tienen lealtad ni el verdadero interés de hacerlo un partido competitivo en el plano estatal.

Sin embargo, los grupos opositores al grupo de Padilla López no han podido enfrentarse de manera organizada y unida contra los candidatos universitarios, por eso una y otra vez han salido derrotados.

Pero la experiencia de la campaña presidencial reciente, sobre todo con el ejercicio de las llamadas Redes Ciudadanas por AMLO, generaron nuevas estructuras de organización entre quienes no simpatizan con el grupo de la Universidad, al grado de que para muchos quedó evidenciado que esta organización acabó rebasando a la dirigencia estatal del PRD en Jalisco.

Una idea que se generó dentro de estas redes es la de que el grupo universitario realmente no estaba apoyando a AMLO ni a los candidatos a los demás cargos que estaban en juego porque su compromiso real estaba con el candidato a gobernador del PRI, Arturo Zamora Jiménez.

De acuerdo a esta interpretación, la dirigencia estatal del PRD realmente no movía un dedo a favor de los candidatos perredistas porque la prioridad en los intereses del Grupo UdeG era la de hacer ganar a Zamora, por lo que se buscó, como hace tres años, minimizar las campañas perredistas para no estorbar a los candidatos priistas.

Después del dos de julio, a raíz de las movilizaciones a las que convocó AMLO, de nueva cuenta los contrincantes de Raúl Padilla al interior del PRD sintieron que la dirigencia estatal actuó con sospechosa indiferencia.

Son estos grupos, los de las Redes, y no los priistas que en los últimos meses se pasaron al PRD, los que podrían poner en riesgo el control del grupo de Padilla en el PRD de Jalisco.

A favor del Grupo UdeG juega el factor tiempo. Aún falta mucho para que se elija al sustituto de Gabino Berumen, y de la capacidad de organización y movilización que sostengan las Redes Ciudadanas dependerá el riesgo de que este grupo pierda el control de la dirigencia estatal

*Publicado en el Semanario Crítica el 4 de Septiembre de 2006.